Cuando acudimos a la obra para realizar el trabajo, la información que teníamos era que la solería se colocaba con pegamento. Es decir que nosotros con el mortero teníamos que definir las corrientes de agua, para que esta desemboque en los sumideros. Y posteriormente colocar la solería con pegamento. Esta es la manera en la que hoy en día se esta realizando, ya que existe una gran gama de pegamentos con total garantía de que la solería no se levante con los cambios de temperatura. Una muestra de esto es la gran variedad que ofrece Grupopuma.
Una vez comenzada la faena, recibimos la visita de los técnicos de la propiedad. Ellos creen que debido a las altas temperaturas que se soportan en Sevilla durante el verano, la colocación con pegamento no ofrece garantías de que no se levante la solería. Cosa con la que no estamos de acuerdo, pero ellos deciden de colocarla directamente sobre mortero con cal y así se hace.
Ya una vez todo aclarado comenzamos con el trabajo. Esta forma de colocación es la tradicional. En cadiz se conoce como colocación a la terraja. Esto es que se va rastreando el mortero por tramos para la colocación directa de la solería.
Para este tipo de colocación las losetas deben de introducirse en agua el día siguiente para una correcta adherencia sobre el mortero.
Utilizamos dos escantillones de madera con la medida de tres hileras de losetas para la correcta alineación de las líneas.
La cubierta presenta varios obstáculos donde se cortan las líneas, por lo que hay que tener especial cuidado para que estas enlacen perfectamente.
Una vez terminada la colocación pasamos al rellenado de las juntas con mortero. Una vez terminado el relleno y después de que se seque un poco se quema la junta. Esto consiste en vitolar todas las juntas con un hierro para sellarlas.
Y para terminar pasamos al solado del castillete del edificio. Aquí hay una cosa que no logro entender, no nos dejaron colocar las losetas con pegamento por miedo a que se despegaran. Y sin embargo si lo hacemos en el castillete aunque tenga una pendiente considerable.
Una vez terminada la faena y con la felicitación de los técnicos de la propiedad, recogemos las herramientas y ya estamos dispuestos para otro proyecto.
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